monti otoño 2013

monti otoño 2013
Los mandarines y pontífices, la crítica gastronómica y la Red

Llevo en pocas semanas leídos ya media docena de descalificaciones, repletas de improperios, a la crítica, o simple opinión, gastronómica en la Red. Todas ellas de reconocidos comentaristas de los medios escritos de comunicación, algunos incluso críticos (en alguna ocasión). Alguno, incluso autor de meritorios Anuarios.

Es sorprendente el papel que puede deducirse que se pretenden arrogar: el de interpretes únicos de qué está bien y de qué no en el arte del buen comer y mejor beber. Como si el maltrato recibido en un restaurante o su deficiente calidad, nunca reseñados por ellos porque nunca lo sufriran por ser quienes son, no justificara un desahogo. Más: como si el lector de los mismos en alguna red fuera un subnormal incapaz de enterderlo como tal.

Ello además de otro elemento relevante que transcribo de alguien que sabe mucho más que yo aunque esté referido a la Red en general pero es de aplicación: "se echa de menos en su panorama algo más de acento en la vertiente creativa de la Red, que sin duda es importante. Hay gentes, que nunca habrían accedido a publicar en las ágoras que controlan los mandarines de la cultura y el mercado, que ahora publican y con mérito. Y si alguno lo hace por exhibirse es con el mismo derecho que tienen a exhibirse los pontífices de la opinión". Pues eso.

sábado, 27 de abril de 2013

LLega el tiempo de la cerveza

¡Llega el tiempo de cervezas (también del vino blanco para algunos)! Aunque la primavera de este 2013 esté resultando mucho más primaveral y, por tanto fluctuante, en la temperatura este año, más pronto que tarde el buen tiempo se instalará entre nosotros. Y con él, aumentarán las ganas de consumir una de las bebidas cuya oferta más se ha transformado. ¡Y aumentado de manera exponencial en poco tiempo! Con las ginebras  es uno de los fenómenos más intrigantes que se han producido en el panorama gastronómico (negociado bebidas) valenciano.

Hoy, hace diferencia de hace sólo pocos años, contamos con una variedad espectacular de tipos y marcas. Tanta que algunos nos perdemos. No es difícil encontrar algunas marcas de las que uno ha probado de viaje fuera de España. No es lo mismo, en especial si uno las bebió en vacaciones y lejos de las preocupaciones cotidianas. Pero es una enorme satisfacción.  Ello al margen de que la ingente variedad de marcas que se mantienen en el mercado debiera ser motivo de reflexión. En especial para esos críticos que van entregando galones a unas sobre otras (en cervezas y/o en vinos) como si fueran comandantes en jede de todos los ejércitos. Para gustos, ¡nueva demostración en este caso con la cerveza!, colores.



Evidentemente no podemos acceder a las artesanales de las brewerys (extraordinarias por ejemplo en partes de EEUU) o a las weizen no embotelladas bávaras (algunas de gran distribución se pueden encontrarlas en pubs por lo general ruidosos y caros en Valencia). Pero acceder en esta orilla del Mediterráneo a, por ejemplo, la Pale de Sierra Nevada, la primera cerveza que probé en Estados Unidos (hace ya algunos añitos) provoca  sensaciones impagables.  Imagino que lo mismo les puede ocurrir a ustedes con las de cualquier país que tengan asociado a algún viaje o etapa de sus vidas.


Mi gusto por esta bebida es variable y muy poco ortodoxo. Pero poder satisfacerlos  sólo es posible aquí desde hace poco. Un motivo más para el optimismo respecto a lo que tenemos.

A la facilidad para disponer de cervezas de (casi) todos los países del mundo se suma la espectacular expansión de las artesanas.  La explosión de esta moda es de tal magnitud que difícil parece encontrar otra actividad en donde tanta gente y todos al mismo  tiempo se hayan lanzado a ello. Y eso que, de momento, la presencia de las de otras regiones (sólo conozco por haberlas probado allí algunas madrileñas, catalanas y asturianas) es menos que modesta. Se reduce en mi conocimiento a algunas de nuestros vecinos del norte (excelente la Moska Rossa) que partícipes también de la vorágine cervecera han editado una guía ¡¡de  312 páginas!!  sólo referida a las que se producen en Cataluña.

En mi opinión (casi) todas ellas son demasiado parecidas y, sobre todo, todas son demasiado caras. Por otro lado,  aunque sin duda tendrán sus consumidores, la nube de experimentos varios en curso (quiero creer que hay demanda para ellos) resulta  espectacular. Porque por haber hay desde cerveza de chufa hasta de alcachofa pasando por todo tipo de producto extraños a mi concepción de una buena cerveza.  


Lugares en Valencia para mirar (algunas etiquetas tiene un diseño muy beuno) y comprar hay bastantes. 
Hay tres que merecen ser recomendados.

1.-Para ser guiado con profesionalidad el mejor en mi modesta opinión es Delirant. Este agradable, aunque poco insonorizado, restaurante del centro de la ciudad tiene como propietario e impulsor a  un excelente conocedor de la cerveza: Carlos Pinazo. El único problema es que si uno acude a por consejo y él no está, el resto del personal es hoy por hoy incapaz de decir nada acerca de lo que vende. Eso sí Pinazo echa horas así que no tiene demasiado riesgo acercarse si se está por la zona. Además tiene un listado en su web (no del todo actualizada por lo que he podido comprobar).

2.-Para comprar lo que quiero, la mayor oferta la he encontrado en La Boutique de la Cerveza  en la zona de la avenida de L’Antic Regne. No hay demasiada simpatía en la atención al cliente –un problema recurrente en Valencia en el sector de la alimentación- pero allí voy a lo que voy. Sé lo que quiero comprar, lo compro –si lo encuentro- lo pago y me lo llevo. La oferta es muy buena y la prefiero frente a la abigarrada disposición de la tienda de cervezas del Mercado Central en donde, con comodidad, no caben más de dos clientes al mismo tiempo. Los consejos que allí he recibido no coinciden con mis opiniones ni gustos.

3.-Y para acabar no me resisto a comentarles la idea, brillante, que han tenido los creadores de Beers &; Travels en la calle Serranos:  unir la venta de cervezas con la organización de viajes a eventos en torno a esta bebida: desde el día de San Patricio a las fiestas de la cerveza en El Tirol o en Stuttgart (e imagino que a la October Fest  en Múnich aunque no figura reseñada). No estoy convencido que la demanda desde Valencia de para un desarrollo destacable de este tipo de actividad aunque lo merecería porque es todo un lujo; una oportunidad que no deberían desperdiciar quienes beben cerveza, también,  como forma de socializar.

Mulandhara ya tiene blog 
( y tendrá web.)
El restaurante Mulandhara acaba de abrir un blog para informar de sus frecuentes cambios de menú de forma que se pueda saber qué ofrece y si apetece acudir.

Todavía hay que clickar bastante para que aparezca entre las primeras opciones en los buscadores pero...todo llegará.
Es una muestra más de la capacidad de adaptación de las que su impulsor, Alejandro Platero, considere buenas ideas.

Según leo tendrá web para dentro de pocos días. Como diría el desparecido monigote de Jesulin: im presionante (como la materia prima de las fotos que tiene en Facebook).




Un vino decepcionante: Ossian 2009
No todas las añadas son iguales. Y no parece buena la 2009 de Rueda, al menos en este vino casi siempre loado. Sólo encuentro esa explicación para mi decepción al catar uno de los vinos de esta denominación más espectaculares: plano, sin matices, sin nada de nada de lo que recordaba. Lo único igual que antes es su precio, elevado frente a otras opciones de la DO. Y más en la calidad que contiene la botella en 2009

Ello me confirma que no es inteligente comprar más de una botella de un vino si no se han catado previamente la añada, basándose en las previas. Mi error me costará caro porque de una tacada me hice con seis botellas que ahora habrá que beberse. Espero que les sirva mi error para no caer en el mismo.




Chante Alouette 2011: más que interesante: (y dentro de un año quizá mucho más) 

No es Chapoutier una de las bodegas que más me gustan del Valle del Ródano aunque de sus vinos, en añadas concretas, algunos sean espectaculares. Entre las grandes Guigal, por ejemplo, la considero bastante superior (o más acorde a mi gusto). Eso sí, caro caro por lo que he podido indagar. Por menos de 40 € nada de nada (en Francia por supuesto pero para algo están las tiendas de internet)


Pero este  Hermitge Chante Alouette 2011 es una excepción (en mi modesta opinión). Elaborado con Marsanne, poco valorada, frente a su hermana Roussanne, es un vino graso, intenso, lleno de matices. Ya saben que no tengo capacidad para encontrar lo que los expertos dicen oler y saborear. Pero, en una palabra, es de los que me gustan. Quizá le falte reposar algo en la botella. Pero por si me equivoco en estos meses venideros me beberé la mitad de las botellas que me han regalado.  

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